Patéticas son las imágenes que recogimos en un breve recorrido por Hualcará. Después de 3 años de ocurrido el terremoto, en agosto de 2007, y, a pesar de una promesa del presidente de la república Álan García Pérez de convertir la localidad en piloto de resurgimiento de las cenizas (terremoto), todavía el centro histórico continúa en ruinas y las nuevas viviendas aún están en construcción.
En el recuerdo quedarán el recorrido por los claustros de las oficinas de administración, la pequeña capilla, la casa del "cañonero" Lolo Fernández, la pileta de hierro fundido y la presencia de don Eugenio Caro, hombre de confianza de los hacendados, trotamundos y culto cicerone (valga la redundancia) de la historia de Hualcará.